P. Juan BerthierP. Juan Berthier (1840-1908)

Un misionero incansable

 

  • El P. Juan Berthier nace el 24 de Febrero de 1840 en Châtonnay (cerca de Grenoble) en Francia.
  • Desde pequeño manifestó una profunda inclinación a la vida religiosa.
  • En 1846 tiene lugar la aparición de la Virgen en la Montaña de La Salette (Francia)
  • En 1862, en una peregrinación a La Salette, se siente llamado a entrar en la Comunidad religiosa de los Misioneros de la Salette.
  • Predicador infatigable de misiones populares por toda Francia, contacta con muchos jóvenes que quieren ser misioneros.
  • Preocupado por la falta de misioneros para las tierras de misión e inspirado por las palabras del Evangelio “la mies es abundante, pero los trabajadores son pocos” (Mt 9,37-38), funda la Congregación de los Misioneros de la Sagrada Familia para las “vocaciones tardías” en Grave (Holanda) en 1895

 

UN MISIONERO INFATIGABLE

  • Fue un hombre de su tiempo que vivió momentos difíciles en los que más que lamentarse, buscó soluciones.
  • Un emprendedor entusiasta: predica misiones populares, da ejercicios espirituales, publica libros, crea la Escuela Apostólica de La Salette…
  • Un hombre inteligente y sensible a las necesidades de su tiempo. Se da cuenta del valor de los Medios de Comunicación y crea una revista popular, “El Mensajero”, que pronto alcanzará 8.000 suscriptores.
  • Un predicador emotivo que llegaba a los corazones y les impulsaba a la conversión.
  • Un hombre coherente entre lo que decía y su vida diaria, dando mucha importancia a la vida comunitaria.
  • Un trabajador incansable que tenía como propósito no perder ni un minuto de su vida.
  • Un hombre admirable, con un estilo propio que intentó inculcar a los suyos: la formación intelectual, la formación para la vida misionera y el trabajo manual.

UN ESCRITOR PROLÍFICO

  • Entendió esta actividad como una forma de apostolado: llegar como misionero a todo tipo de destinatario.
  • Su obra, unos 40 libros, fue definida por el periódico francés La Croix como un “verdadero arsenal católico”
  • Su estilo claro y conciso, el entusiasmo que transmitía, las aportaciones de citas y anécdotas, sus propuestas y conclusiones prácticas… hicieron de él un autor de éxito.
  • “El libro para todos” llegó a publicar 100.000 ejemplares en diversas lenguas. Su “Sucinto manual teológico”, “El Sacerdote”, “El estado religioso”, “El culto e imitación de la Sagrada Familia” le convirtieron en un autor conocido.
  • Con sus obras pretende formar, entusiasmar y animar a ser santos a todos sus lectores

UN HOMBRE DE DIOS

  • Una persona de profunda fe. Consagra su vida, sus capacidades y toda su actividad a Dios y su servicio.
  • Estar cerca de Dios era el único motivo de todos sus trabajos y tareas.
  • La oración era la fuente de su trabajo apostólico, su alimento y su vida. Gracias a ella pudo superar las contrariedades y dificultades en su camino y supo permanecer fiel a lo que Dios le pedía.
  • En la oración encontraba la fuente de su bondad que cautivaba a todos, de su dulzura que abría los corazones y de su sonrisa a la que nadie se resistía.

UNA PERSONA CERCANA

  •  Fue un hombre con un magnetismo especial: que atraía, seducía y se hacía admirar y querer.
  • Su cercanía personal, su sensibilidad de espíritu, su bondad para con todos y su compartir la vida diaria le hacían ser admirado por todo el mundo.
  • Toda su vida compartió con los suyos el estudio, la vida de oración, el trabajo manual… Fue así un ejemplo palpable y el mejor modelo para quienes convivían con él.

UN FUNDADOR ENTUSIASTA

  • A sus 55 años emprende, animado por el Papa León XIII, la misión de fundar los Misioneros de la Sagrada Familia.
  • La casa de Grave fue un signo y un símbolo para él. Quiere jóvenes con espíritu misionero, valientes y decididos, amantes de la vida sencilla, atentos y preocupados por los últimos y llenos de espíritu misionero.
  • Pone a la Sagrada Familia de Nazaret como modelo de vida por su escucha a la voluntad de Dios, su unión en el amor y su espíritu de servicio.

 QUIENES LE CONOCIERON DECÍAN DE ÉL…

“La transparencia de su vida, la nobleza de su alma, su carácter desprendido y el total olvido de sí mismo, atraían la estima, la simpatía y la veneración de todos. Jamás una persona con tantas capacidades fue menos presuntuosa, jamás una persona  que tuvo tanto éxito en sus empresas fue más ajena a la ostentación e ignoró todo tipo de alabanzas. Tan grande a los ojos de los demás y tan pequeño, tan modesto y sencillo para sí mismo”

Jan Sprangers. Arcipreste de Grave. Holanda

 

“Un santo y un científico; un modelo  de misionero y un trabajador comprometido. Estricto y rígido, pero suave y amoroso también, capaz de atraer corazones. Hombre de Dios y de oración, muy devoto de María. De un gran espíritu de fe y con una voluntad de hierro. Destacado predicador. Humilde, modesto y discreto. Amante de la pobreza, la sencillez y el trabajo. Austero y con una mezcla de dignidad y amabilidad, de competencia y sencillez”

P. Marie Auguste Rivoire.

Abad cartujo. Alumno suyo en Corps. Francia

 

EL CARISMA DEL P. BERTHIER HOY

En el mundo que nos ha tocado vivir y trabajar los MSF queremos continuar con “fidelidad creativa” la obra del P. Berthier, manifestando nuestra “pasión por Cristo y por la humanidad”

  • Señalando al mundo la primacía de Dios. Por ello consagramos toda nuestra vida a Él: con nuestro ser y hacer queremos dar testimonio de ello.
  • Desde nuestro carisma misionero queremos ir a los que están lejos, a los que el Señor quiere atraer hacia sí; portando un mensaje de reconciliación con uno mismo, con los otros, con la naturaleza y con Dios; y avivando la vocación misionera en todos los cristianos.
  • Viviendo el espíritu de la Sagrada Familia, formando una familia religiosa con las virtudes del hogar de Nazaret, y ayudando a las familias a crecer en la fidelidad al Evangelio
  • Teniendo una opción preferencial por los pobres, encarnándonos en la realidad y colaborando en la construcción de un mundo mejor para todos.

P. Juan Berthier 1Los más de 800 MSF hoy queremos realizar el carisma del P. Berthier siendo misioneros “ad gentes”, avivando la fe entre los alejados, trabajando en la pastoral familiar, animando el espíritu misionero en los laicos y la vocación religiosa en los jóvenes con espíritu eclesial, y siempre abiertos a los signos de los tiempos.